miércoles, 29 de agosto de 2012

¿POR QUÉ APLICAR LA TEORÍA DE LOS SISTEMAS DINÁMICOS EN EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO HUMANO?

Universitat de Barcelona 
Departament de Teoria i Història de l’Educació Institut Nacional d’Educació Física de  Catalunya  Centre de Barcelona

Programa:  Activitat Física i Esport. Bienio 1999-2001
 
LA TEORÍA DE LOS SISTEMAS  DINÁMICOS Y EL ENTRENAMIENTO  DEPORTIVO Para optar al título de Doctora por la Universitat de Barcelona Tesis doctoral presentada por:Carlota Torrents Martín  

Dirigida por: Dra. Natàlia Balagué i Serre 
Dr. Wolfgang Schöllhorn  
Lleida, 2005

¿POR QUÉ APLICAR LA TEORÍA DE LOS SISTEMAS DINÁMICOS EN EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO HUMANO?
Todos los conceptos y principios que describen las teorías citadas en el anterior apartado se producen en la naturaleza en todos los sistemas dinámicos a escalas completamente diferentes, desde la organización de la célula aislada hasta el comportamiento global de todo el ecosistema, pasando evidentemente por el organismo humano. Éste posee miles de sistemas de control para mantener valores relativamente constantes que actuarán como sistemas dinámicos, por lo que cuando se rompe el equilibrio será cuando se produzcan los efectos de la retroalimentación negativa y las  consecuentes adaptaciones (si hay equilibrio no hay adaptaciones). Los sistemas de control biológicos actúan respondiendo a los estímulos, pero el esquema estímulo-respuesta lineal sin  tener en cuenta las redes supone que el organismo es un sistema esencialmente reactivo que responde como un autómata a estímulos externos, dando a entender que el individuo bien ajustado será la meta última. Éste modelo no tiene sentido (la conducta como satisfacción de necesidades,  establecimiento del equilibrio homeostático, interpretaciones utilitarias...), ya que el organismo es un sistema primariamente activo, con autonomía del sistema nervioso. La simple reactividad lineal no puede explicar las actividades espontáneas, los procesos de regulación después de lesiones cerebrales o los procesos de crecimiento, desarrollo y creación, así como las actividades humanas no utilitarias que no sirven a las necesidades primarias de conservación propia y supervivencia  como ocurre con tantas manifestaciones culturales (Bertalanffy, 1976).
Para la ciencia de la actividad física y el deporte, la TSD permite introducir nuevos conceptos que podrán ayudar a evolucionar y a entender fenómenos considerados hasta el momento inexplicables. De hecho, estas corrientes ya han influido en la teoría del entrenamiento, especialmente en la explicación de los procesos de adaptación progresivos que sufren los deportistas a lo largo del proceso (García Manso, 1997). García Manso (1999) enfatiza la necesidad de considerar el gesto deportivo en un sentido más amplio al que representa el componente biofísico del movimiento. Así mismo, Siff y Verchoshansky (2000) citan el excesivo determinismo que domina la teoría del entrenamiento clásico, y señalan la importancia de tener en cuenta la complejidad de los fenómenos relacionados con cualquier sistema biológico. Según estos autores, la adopción de métodos no lineales de investigación, como los que provienen de la teoría del caos, pueden explicar los cambios de estado repentinos beneficiosos o perjudiciales en la adaptación, como la supercompensación o las lesiones musculares. Además, según los autores, el investigar las condiciones que favorezcan la autoorganización es directamente aplicable a la búsqueda de la excelencia deportiva. Con el fin de minimizar la dependencia del determinismo clásico, Siff enfatiza la necesidad en el entrenamiento de individualizar, de considerar el estilo propio de cada individuo sin hacer hincapié en un modelo ideal, de diversificar, respetar la asimetría, los efectos retardados y la interactividad de los procesos. 

Aplicaciones de la TSD al estudio de la
coordinación motriz 

La coordinación motriz abarca la relación entre los distintos planos de la organización, componentes y estados funcionales del sistema motor (coordinación interna), así como la relación entre el sistema motor y los eventuales objetivos y acontecimientos del entorno (coordinación externa) (Nitsch y Munzert, 2002).
En 1929, Bernstein ya explica la coordinación motriz en términos muy similares a los que se utilizan en la teoría de los sistemas dinámicos, tal y como se puede observar en el párrafo siguiente (Bernstein y Popova, de Boongardt y Meijer, 2000):  “Durante ritmos lentos, el movimiento [del pianista] consiste en impulsos aislados; durante ritmos medios, el movimiento corresponde a la oscilación de un péndulo compuesto; durante los ritmos más rápidos, hay una transición a oscilaciones forzadas elásticas de un péndulo simple.”
Pero no es hasta medio siglo después cuando se producen las primeras y  más determinantes aportaciones de la TSD en el estudio del movimiento humano, que se dieron y todavía se dan en el análisis y comprensión de los fenómenos coordinativos cíclicos. La figura más representativa de esta línea de investigación ha sido J.A. Scott Kelso, y su obra aparece referenciada en prácticamente todos los estudios posteriores de control motor que aplican la TSD.
Hasta entonces, predominaba la hipótesis de la existencia de programas motores o de generadores centrales de patrones almacenados en el sistema nervioso para explicar la coordinación del movimiento en los seres humanos y en animales. Pero las teorías sobre control motor que se basaban en el concepto del programa motor empezaron a ser criticadas debido a diferentes causas. En primer lugar, no se explican con un lenguaje común a otras ciencias, como la biología o la física, lo que dificulta la búsqueda de relación entre todos los elementos que componen el sistema. En segundo lugar, la naturaleza compleja del ser humano requiere mayor flexibilidad y adaptabilidad que lo que permite un programa motor y éste además requiere el conocimiento previo del resultado pretendido (Beek et al., 1996; Schmidt y Fitzpatrick, 1996; Schöner y Kelso, 1988; Verheul, 2004). Por ello Kugler y sus colaboradores se plantearon el problema fundamental del movimiento 
identificado por Bernstein sobre la regulación de los grados de libertad y aplicaron la denominada teoría homeocinética. Ésta considera a los sistemas biológicos como conjuntos de procesos no lineales con osciladores de ciclo límite unidos y coordinados por distintos niveles de organización. Los patrones de coordinación que emergerán se podrán predecir teniendo en cuenta las propiedades no lineales de los osciladores de ciclo límite.





1 comentario:

  1. ME PARECE LA TEORÍA MAS ACERTADA CON EL COMPORTAMIENTO MOTOR.
    POR ESO PROFUNDIZO EN ELLA.

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